sábado, 14 de julio de 2007

"Confesarse..."


EL QUINTO PASO.

El Libro Azul lo trata en el capítulo VI “A la acción”.

Vamos a ir recogiendo sus textos más llamativos.

Después de haber hecho nuestro inventario personal, ¿qué vamos a hacer con lo que descubrimos? Intentamos encontrar una nueva actitud hacia Dios, un nuevo tipo de relación con nuestro Creador, y nos pusimos a descubrir los obstáculos a lo largo de nuestro camino.

Entramos así de lleno en una relación íntima con Dios.

… identificamos nuestros puntos débiles. Estamos ahora a punto de ser liberados de ellos. Algo que requiere acción de nuestra parte; acción que consiste en admitir ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros defectos. Y este es el Quinto Paso del programa de recuperación…

Nuestra confianza en Dios Todopoderoso, en que confiamos, está puesta a prueba aquí, o entra en acción aquí. “Estamos a punto de ser liberados de nuestros puntos débiles.

Es una “prueba humillante”, que muchos piensan que no es necesaria tal como está escrita aquí como es “admitir ante otro ser humano… nuestros defectos”. Y el comentario en el mismo Libro Azul es que si evadimos esta etapa vital, ya no podríamos jamás superar nuestro problema de alcohol”.

Diría que el primer sorprendido soy yo mismo. Estas palabras sin embargo dan la sguridad absoluta de que Bill tiene una experiencia. Bien pensado este paso, es justo. Hemos entrado, nos hemos constituído en personas que hemos hecho la profunda experiencia de nuestra impotencia, del descubrimiento de que el Todopoderoso puede y quiere ayudarnos, y con Su ayuda hemos puesta nuestra confianza en El.

Hemos llegado al punto del trabajo conjunto con nuestro Dios, de iniciar una intimidad con El, de estar sentados juntos para conocernos. Necesito abrirme a El para que El me conozca y me cure y me libere de toda mi “maldad”.

Mi vida la repaso dentro de mí mismo, se la muestro a mi Ser Supremo, a mi Creador (que ya conoce todo) y a un “compañero”, me atrevería a decir como representante Suyo. Ahora sí tengo la seguridad de estar haciedo algo importante, real: dejé de confiar en mi, me puse a confiar en Mi Dios, le he contado todo y se lo he hecho participar a otra criatura de Dios, como si fuese su representante. No tengo duda. Así está claro, Dios, a mi lado –como a mi lado está mi compañero- me escucha, me ha dedicado tiempo para oir mis miserias, mis vergonzosas miserias, de las que tiene El compasión, y que me las va a quitar, como está quitando mi obsesión por la bebida, pues ya no bebo.

¡Y el que no hace este paso… no pasa la prueba de confiar en Dios… no dejará de beber! Dice el libro: “Deberá comprender que para nosotros se trata de una cuestión de vida o muerte”.

Y sigue El Libro: “Una vez que hayamos actuado así, sin esconder nada, seremos más felices. Podremos mirar al mundo a la cara. Podremos finalmente estar a solas en paz y sin miedo. Nuestros temores se desprenden de nosotros. Comenzamos a sentir que nuestro Creador está cerca de nosotros. Es posible que en el pasado nosotros hayamos creído en algo o en alguien; ahora, sin embargo, vamos a comenzar a vivir una experiencia espiritual. A menudo tendremos la impresión de que el problema del alcohol ha desaparecido. Tenemos la sensación de estar finalmente sobre la Amplia Avenida, y de caminar de la mano con el Espíritu del Universo”.

Y hecho todo esto “estamos a punto de construir un arco a través del cual vamos a pasar para encontrarnos afuera totalmente libres”.

Ahora sí, ya podemos agradecidos dar gracias a Nuestro Dios y de corazón decirle esta oración, que encuentro en El Libro:

Mi Creador, ahora deseo que seas el Dueño de todo mi ser, bueno y malo. Te pido que me quites todo lo que impida serte útil y ser útil a mis hermanos. Concédeme la fuerza de hacer Tu voluntad a partir de ahora. Amén."

Hay que orar (paso 11) para apoyar la ilusión de todos los amigos de entrar a fondo el programa de recuperación.


No hay comentarios: